No es mi pretensión la de generalizar este interrogante en toda persona que no crea en Dios, pero me he permitido comenzar este escrito parafraseando la conversión de San Pablo descrita en Hch 9,4 “Saulo, Saulo ¿por qué me persigues?”
Corren tiempos duros, difíciles, en los que números y cifras bailan sin un orden, sin una interpretación sin un estudio serio. Son tiempos en los que la ciencia parece dominarlo todo y, sin embargo, la fe sigue existiendo. La fe del científico que se afana, más cuando le dotan de recursos, por suponer y creer que aplicando uno u otro componente puede elaborar una vacuna, o desarrollar mascarillas que nos protejan. Maneja datos, estudios, pero al final comienza su labor con suposiciones y creencias (si mezclo este elemento con este otro…). Esto ocurre de igual modo en la vida del creyente.
Los cristianos no somos gente engañada, gente interesada, que seguimos a Dios por conveniencia o porque nos va a facilitar la sanación de una enfermedad a cambio de sacrificios. No es un Dios economista o de supermercado con ofertas de 3X2. El Dios de los cristianos se ha revelado y hecho presente, hay datos, estudios y sobre todo experiencias de que esto ocurre. Si no que alguien me explique por qué hombres y mujeres desde su libertad cambian su trabajo, su vida e incluso “renuncian” a su familia para dedicarse a la vida contemplativa, a la oración, a la clausura. No es entendible pero ocurre, y no son unos engañados o unos descerebrados, simplemente mujeres y hombres de fe.
La religión ha estado presente a lo largo de la historia (desde la misma prehistoria) en la vida del ser humano y por mucho que lo intenten no la van a destruir, es inherente en nuestras vidas. Incluso para aquel que niega a Dios ya está hablando de él. Indudablemente que el paso del tiempo ha cambiado la manera de entender la fe, afortunadamente, pero eso lejos de negarla la hace más fuerte. Muchas de las personas que se declaran ateos o tratan de eliminar la religión de todo ámbito público tienen la fe de la Primera Comunión, porque no han vuelto a profundiza en la religión, se han ido de la Iglesia libremente. Lo que ocurre es que después tratan de dar sentencias y normas desde ese conocimiento, vamos como si un niño de 2º de Educación Primaria trate de dar una clase de matemáticas en la universidad con lo que ha aprendido.
La religión cristiana lleva un tiempo perseguida en este país. Tradicionalmente parece que esta animadversión venía de las personas con ideales de izquierdas (no entiendo porqué en este país parece que no se puede ser de izquierdas y cristiano) pero ahora ya no entiende de partidos políticos. Como ejemplo ilustrativo es lo que está ocurriendo en Castilla y León, bajo gobierno de PP y Ciudadanos y la decisión irrevocable de limitar el acceso a los templos a un tercio del aforo (nada que objetar al respecto) con un máximo de 25 personas. ¿Por qué ese máximo? Existen templos en la ciudad de León en la que 25, 50 y 100 personas no se llegarían ni a tocar respetando las distancias de seguridad. En las aulas en las que yo imparto clase la que la asistencia es mayor y el aula da para una capillita. ¿Por qué no se sentaron a dialogar con los Obispos y enviaron recomendaciones, pidieron protocolos de entrada y salida…? Es alucinante.
Llevan años cuestionando las Procesiones de Semana Santa, invaden las calles dicen, y lo único que se les ocurre es plantear actos para boicotear como convocar manifestaciones en las mismas fechas. Lo siguen intentando una y otra vez con leyes educativas (eso da para otra entrada) en las que sacan del currículum a la Religión. “Si la quieren que la paguen”. Muy capitalista para gente que se declara abierta de ideas y que miran el bien social. El bien social, señoras y señores, ocupa a todas las personas incluso con las que no comparto ideologías ni creencias. En una sociedad tenemos cabida todos y todas, así que por favor no cometamos los mismos errores que en la antigüedad con momentos de persecución tanto por una forma de entender la vida como por otra. Desde la Iglesia sabemos que cometimos un error y seguiremos pidiendo perdón por ello, desde el ateísmo qué se trata de conseguir…